¿Qué idioma hablas cuando nadie entiende el tuyo? Una crítica a la pidginización
Imagina llegar a otro país, sin saber el idioma, y tener que sobrevivir usando solo gestos, palabras sueltas y sonidos inventados. Eso, más o menos, es lo que da origen a un pidgin. ¿Es una solución creativa o una pérdida del lenguaje?
La pidginización ocurre cuando dos grupos con idiomas distintos necesitan comunicarse, pero ninguno habla la lengua del otro. Así nace un “pidgin”: una forma de hablar improvisada, simplificada, sin reglas claras, pero efectiva. Lo bueno: es práctica, espontánea y muestra el poder humano para encontrar formas de entenderse. Lo malo: suele nacer de relaciones desiguales, como el comercio colonial o situaciones de migración forzada. ¿El lado sorprendente? Algunos pidgins se desarrollan tanto que se convierten en lenguas completas, como el tok pisin en Papúa Nueva Guinea. Esto se explica más a detalle en el siguiente video:
Hoy en día, con tantas personas migrando por trabajo o necesidad, la pidginización sigue ocurriendo. Tal vez la has visto en mercados, en redes sociales o en barrios donde conviven muchas culturas. Esas “mezclas” que a veces suenan raras no son errores: son formas de resistir y adaptarse. Pero también nos hacen pensar: ¿por qué aún no garantizamos una educación lingüística más equitativa para todos?
Detrás de cada pidgin hay una historia de encuentro, necesidad… y desigualdad. Entenderla es abrir los ojos a realidades que muchas veces preferimos ignorar.
Comprender estos temas no es solo tarea de expertos; es parte de ser ciudadanos activos en un mundo cada vez más conectado. ¿Y tú, qué harías si tu idioma no te bastara para sobrevivir?